Foto: Carlos Oliva Mendoza (13 XII 2022) En el diálogo hacia Dios que representan muchos de los salmos bíblicos hay la expresión reiterada de admiración y confianza en el Creador por parte de los seres humanos. Hay también momentos de dolor y de lamento, plegarias de ayuda, reclamos incluso, casi en el tono de Job, ante el infortunio y la injusticia. Sin embargo, nunca está en duda el eventual respaldo de Dios hacia los hombres, la idea de algún designio difícil de anticipar o comprender, pero noble y sabio, que más tarde o más temprano, se expresará de algún modo u otro, mediante un acontecimiento, un razonamiento, una señal. El Salmo 27, por ejemplo, dice así: "Es tu rostro, Señor, lo que yo busco, no me escondas tu cara. Con enojo a tu siervo no rechaces; eres tú mi defensa, ¡no me abandones, no me dejes solo, mi Dios y Salvador! Si me abandonaran mi padre y mi madre, me acogería el Señor. Enséñame, Señor, tus caminos, y guíame por sendero llano. Líbrame del afán d...
Bitácora de publicaciones de César GUERRERO ARELLANO, autor de "El misterio de la noche polar", la novela que hizo de Conan Doyle un Sherlock Holmes. Sitio web: https://www.cesarguerreroarellano.com/