Leyendo novelas de piratas y aventuras en el mar, la emoción de las maniobras navales se trunca a menudo por el desconocimiento contemporáneo sobre el léxico de los barcos de vela. Por ello invito a disfrutar la belleza fonética y el sentido de ese léxico en este artículo, cuyo texto recupero a continuación, luego de que fuera publicado inicialmente en 2010 en la revista Algarabía y recopilado en 2011 en una de las antologías de dicha revista (ver referencias al final):
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LARGAD EL TRAPO O EL LÉXICO DE LOS BARCOS DE VELA
Por César Guerrero Arellano
—¡Cambien la vela del trinquete! ¡Abajo los foques! ¡Listos para la virada!
Emilio Salgari, El Corsario Negro
El capitán Louis Quelennec navega a bordo del Incertain con la misión de averiguar de qué buques se compone la escuadra inglesa que pronto enfrentará a la flota franco-española durante la batalla de Trafalgar, según describe Arturo Pérez Reverte en su novela Cabo Trafalgar. En medio de una densa niebla, el capitán ordena silencio absoluto luego de que Berjouan, el vigía, advierte haber visto algo. En ese momento de suspenso, uno se topa de golpe con párrafos como el siguiente, a lo sumo una belleza arcana para un distraído neófito:
Ni una silueta, ni un ruido salvo el de la roda que bajo sus pies corta suavemente el agua. La bruma clarea un poco a cuatro cuartas por la amura de babor. También la brisa refresca, y la lona de los foques gualdrapea cada vez menos. Amurada a estribor, la Incertain lleva izados el foque, el petifoque y la enorme cangreja; y en la gavia del único palo el velacho se encuentra aferrado pero listo para soltarlo con rapidez.
Arturo Pérez Reverte, Cabo Trafalgar.
Leyendo novelas de piratas y aventuras en el mar, la emoción de las maniobras navales se trunca a menudo por el desconocimiento contemporáneo sobre el léxico de los barcos de vela. Es muy incómodo detenerse en el fragor de una batalla para acudir al diccionario cada vez que el Corsario Negro dicta nuevas órdenes para maniobrar El Rayo. Mas aún cuando las definiciones no son suficientemente gráficas o bien requieren de contexto.
Para estos casos, encontré un paliativo en el Diccionario Marítimo de Julián Amich (Editorial Juventud, Barcelona, 2003, 6ª Ed.) que resolvió mis dudas más importantes y que, mediante algunos diagramas, me permitió aprender y gozar el sentido de los vocablos de los barcos de vela, que además, en nuestro idioma son fonéticamente hermosos.
Por ello invito a explorar este léxico, para lo cual agrupé las palabras en temas e hice un esfuerzo por definirlas con mayor transparencia que el diccionario, sin faltar al sentido correcto de cada término.
Lo básico. Proa es la parte delantera de todo barco mientras que la popa, la trasera. Lo que esté a la izquierda del barco se denomina a babor; lo que está a la derecha, a estribor. La cubierta tiene el mismo nivel en todo el barco excepto en el castillo de proa, la parte de la cubierta más elevada que el resto en la parte frontal y el castillo de popa, en la parte trasera. Sobre el castillo de popa se encuentra el timón: redondo cuando tiene forma de rueda con empuñaduras, y de caña, cuando es una barra horizontal que se gira a izquierda o a derecha. A esta área se le designa como puente de mando, desde el cual el capitán dirige a sus marineros y con cuya vista domina la cubierta.
El casco y la cubierta. En estos barcos, la estructura del casco es similar a la de un torso humano. Tiene una columna vertebral de la cual se desprenden las costillas y sobre éstas se clavan las tablas que aíslan del agua su interior. La pieza que equivale a una columna vertebral tiene tres nombres: al frente (cuando emerge del agua) se le llama roda, al fondo (bajo el agua), quilla y atrás, en la popa, codaste. El conjunto de costillas se llama costillar y el de tablas de madera que cubren las costillas, cuaderna. La amura es la parte donde el casco se estrecha para formar la proa y la amurada, la parte interior del casco. Calafatear el barco consiste en rellenar con estopa y después sellar con alquitrán las uniones de las tablas para impedir las filtraciones. Chapaleo es el sonido del agua cuando choca con el casco.
La longitud de un barco se conoce como eslora y se le llama bordo al costado descubierto del buque, desde la cubierta hasta el nivel del agua (línea de flotación). Baranda o barandilla es el conjunto de pasamanos y candeleros que evitan caer por la borda. Crujía es la parte central de la cubierta, de proa a popa y toldilla es el tramo de la cubierta entre el palo de mesana y la popa.
Respecto del equipo que se requiere para navegar con el soplo del viento, se designa como aparejos a la combinación o equipamiento de mástiles, velas y cuerdas que permite distinguir los diferentes tipos de veleros. Por ejemplo, una fragata tiene tres palos verticales con velas horizontales mientras que una balandra tiene sólo uno y con velas triangulares.
Gracias a su serenidad y excelente condición física, realizaba una gran labor en la arboladura. Su puesto estaba en la cofa del trinquete; y desde allí solía dirigir la mirada, con el desdén propio de alguien destinado a brillar entre mil peligros.
Joseph Conrad, Lord Jim
La arboladura. El conjunto de palos que sostienen las velas se conoce como arboladura. Los palos verticales (mástiles) suelen ser tres. El situado al centro es el palo mayor, y es el más alto y el más fuerte. Masteleros son todos los palos verticales distintos del palo mayor. El delantero, hacia la proa, es el palo trinquete y el que está atrás, el de mesana. Las vergas son los palos horizontales a los que se atan las velas. El palo diagonal que emerge de la proa como un pico se llama bauprés. Por debajo de éste los galeones contaban con un espolón, protuberancia que servía de arma para embestir el costado del barco enemigo.
El velamen: Las velas reciben nombres de acuerdo a su forma y posición. Cuando las velas triangulares están atadas entre el palo diagonal de la proa (bauprés) y el primer palo vertical (trinquete) se llaman foques, pero cuando esas mismas velas se sitúan entre dos palos verticales se denominan estays. Las velas rectangulares reciben nombres a partir de dos variables: la altura a la que son colocadas (juanete, velacho, gavia) y el palo en el que se encuentran. En la parte trasera del barco está la vela cangreja. De forma trapezoidal, va atada a una L formada por el palo de mesana (vertical) y la botavara, palo horizontal que se desprende del palo de mesana. Izar es la acción de hacer subir una vela tirando de la cuerda de que está colgada. Arriar es hacerla bajar con el mismo método. Largar es aflojar las velas poco a poco. Las velas gualdrapean cuando el viento inconstante las hace golpear los palos y las cuerdas.
La Hispaniola orzó de repente. Los foques, detrás de mí, restallaron ruidosamente; el timón dio un bandazo; todo el barco se inclinó con una sacudida mareante, y, al mismo tiempo, la botavara dio la vuelta hacia el otro costado, chirriando la escota entre las garruchas, y me dejó ver el lado de barlovento de la cubierta.
Robert Louis Stevenson, La Isla del Tesoro
La cabullería. Cabullería es el conjunto de las cuerdas del barco y cabo, cualquier cuerda que se emplea a bordo. Jarcia es el conjunto de cuerdas que sirven para sostener la arboladura y maniobrar las velas y cabo de labor es cualquier cuerda usada para realizar maniobras. Un ejemplo es la cuerda empleada para izar las velas (driza). El cabrestante es un torno giratorio para levantar grandes pesos: mediante la acción de palancas, se le hace girar y se va enrollando en él la cuerda que jala el peso que se quiere alzar. A las poleas se les llama garruchas. Para dar firmeza a los mástiles, se une su punta con ambos costados del buque mediante cuerdas gruesas y muy tensas que se llaman obenques. Éstos son ejemplo de cabo firme, es decir, que rara vez se tocan. Las cuerdas se amarran a las cornamusas, piezas en forma de T afirmadas a la cubierta. Las escalas son las escaleras hechas de cuerdas anudadas por las cuales los marinos suben a los mástiles y las amarras son las cuerdas que atan el barco al muelle.
Las maniobras. Zarpar es levar el ancla y partir. Fondear es dejar caer el ancla hasta el fondo del mar. Atracar significa arrimar el buque a la orilla del muelle. Estibar es cargar o descargar el barco o bien distribuir convenientemente el peso de la carga en él. El barco cabecea cuando sube y baja de proa a popa y escora cuando se inclina sobre alguno de sus costados. Barlovento es en la dirección del viento, sotavento, lo contrario. Colocar un buque al pairo es inmovilizarlo sin arriar las velas (éstas se orientan de modo que anulen la acción de las demás).
La distancia recorrida sin cambiar la orientación de las velas se conoce como bordada, también puede referirse al intervalo de tiempo que duran las velas sin cambiar de posición. Virar de bordo es cambiar la orientación de las velas. Orzar es girar el barco para disminuir el ángulo entre su quilla y la dirección del viento y capear significa mantenerlo inmóvil para soportar una tormenta. Colocar el barco al socaire significa protegerlo, resguardarlo de las inclemencias del tiempo o la batalla.
A cada lado del alcázar de popa del Pequod, y junto a los obenques de mesana, había taladrados en las tablas unos agujeros de media pulgada de profundidad. Ahab metía en uno de ellos su pata de marfil y cogido a un obenque, se mantenía muy tieso, mirando fijamente por encima de la cabeceante proa del navío, imperturbable.
Herman Melville, Moby Dick
Los nudos. Los nudos son muchos y complejos, pero existen algunos términos que conviene conocer. Cundo el extremo de una cuerda se dobla en forma de gancho tenemos tres partes: la punta se llama chicote, la parte curva es el seno, y la cuerda recta, firme. Cuando se cierra el gancho (el chicote cruza el firme) se denomina gaza. Cote es la forma más simple de hacer un nudo y es el que todos sabemos hacer. Lasca es un nudo en forma de ocho que sirve para evitar que la cuerda se deslice entre las poleas. El ballestrinque es un nudo simple que sirve para trincar una cuerda a un mástil o a una percha, y que se mantiene cuando actúa bajo presión. Empalme es el conjunto de tres cordones trenzados para formar la cuerda. Adujar significa enrollar una cuerda, una cadena o una vela y azocar, apretar bien un nudo.
La tripulación: El capitán es la máxima autoridad del barco, el contramaestre el hombre de confianza del capitán, su marino más experimentado y quien distribuye el trabajo entre el resto. El timonel o piloto manipula el timón. El calafate da mantenimiento al barco sellando las filtraciones de agua con estopa y alquitrán. El gaviero cose y repara las velas durante la navegación y el vigía asciende hasta la cruceta o cofa del palo mayor, desde donde mira lo que rodea al barco a la distancia. El aprendiz de marinero se llamaba grumete, hoy en completo desuso, y por debajo del grumete estaba el paje, muchacho encargado de la limpieza. El artillero o lombardero es aquél que manipula la artillería.
No habían logrado recorrer mil metros, cuando otros dos botes, uno de ellos bastante grande y armado con una culebrina de desembarco, empezaron a darles caza.
Emilio Salgari, El Corsario Negro
El armamento. Una pieza de artillería es toda arma de fuego que no es fácilmente portátil para una persona. Si la bombarda es un cañón de gran calibre, el cañón es largo respecto de su calibre mientras que el obús es lo contrario (corto respecto de su calibre). Estas tres piezas disparan balas de hierro o piedra, a diferencia del mortero, que dispara bombas. Los diferentes tipos de culebrina (culebrina, sacre, verso y sacabuche) son cañones largos de calibre modesto. La cureña es el soporte de madera para estas piezas.
Piezas pequeñas de artillería son el pasavolante, el falconete, la cerbatana, el ribadoquín y el esmeril. Para darnos una idea de sus modestas dimensiones, van montadas sobre horquillas que las sostienen por la mitad (como los tripiés a las cámaras fotográficas), o sea que el cañón se toma por la culata con ambas manos para hacerlo girar de izquierda a derecha y de arriba a abajo. Batería es el conjunto de piezas de artillería dispuestas para hacer fuego, metralla la munición y andanada es la descarga cerrada de toda la artillería desde el costado de un buque. Se usaban balas simples para hundir el barco, balas con cadena para después tirar de ella y tumbar los mástiles, y las hechas con clavos y estoperoles eran para herir a los tripulantes del barco enemigo. Una escuadra es un conjunto numeroso de buques de guerra.
…el viento volvió de golpe, las velas cogieron la brisa por la amura de babor y la goleta empezó a correr otra bordada, inclinada y cortando las olas como una golondrina...
Robert Louis Stevenson, La Isla del Tesoro
Mi mejor deseo, generoso lector, es que esta muestra elemental estimule en usted el conocimiento de un léxico bello y fascinante, que le permitirá orzar su lectura a barlovento para así zarpar rumbo a los pasajes de acción naval de cuantas novelas de aventuras marítimas puedan acudir a su memoria, sin zozobrar en su disfrute y comprensión. ❧
Este artículo fue publicado previamente en:
- “‘Largad el trapo’: el léxico de los barcos de vela” en Hablemos de cómo hablamos. Curiosidades sobre la lengua y sus hablantes, de María del Pilar Montes de Oca Sicilia (compiladora), Ed. Otras inquisiciones, Col. Algarabía, Ciudad de México, México, 2011, ISBN: 978-607-457-157-8
- “Largad el trapo. El léxico de los barcos de vela II” en Algarabía, No. 67, abril de 2010, pp. 30 – 35.
- “Largad el trapo. El léxico de los barcos de vela I” en Algarabía, No. 66, marzo de 2010, pp. 24 – 28.
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