Me complace mucho compartir que nuestro querido amigo Javier Mardel (Oaxaca, 1978), miembro y amigo del Taller de Cartago, ha obtenido una de las 14 becas anuales que la Fundación para las Letras Mexicanas otorga este año a jóvenes talentosos en el campo de la literatura. La competencia es dura. Si bien no se han publicado las cifras de la convocatoria más reciente, sabemos que el año pasado se seleccionaron 25 de 671 candidaturas provenientes de todos los estados del país.
El jurado estuvo a cargo de los poetas Mario Bojórquez, Antonio Deltoro y Thelma Nava. Esta será la cuarta generación de becarios de la FLM, fundada poco después de la disolución de la Fundación Octavio Paz. Javier formará parte del grupo de poetas bajo la tutoría de Antonio Deltoro.
Javier Mardel ha publicado un libro, Los Fantasmas, Editorial 2 líneas, México, 2005 y desde hace al menos un par de años prepara otro de título El circo, aún más ambicioso que el primero. Maneja la poesía métrica con mucha soltura, mejor que el verso libre, lo cual es absolutamente inusual entre poetas actuales, sean jóvenes o no tan jóvenes.
Un ejemplo es el siguiente poema tomado de su libro Los Fantasmas:
El espejo
(La Luna)
I
Te hubieras visto anoche, Santa Luna,
cuando eras toda luna todavía,
verídica de tanta fantasía
cifrando lunas múltiples en una.
Ilógica, inusual —como ninguna
después— tu palidez resplandecía.
Te hubieras visto... ¡Cuánta alevosía
viciando de esplendor la esfera bruna!
Te hubieras visto mágica y serena
anoche que te vi ser luna llena
de ti, de mí, de noche, de momento.
Te hubieras visto anoche... Parecías
igual a mi dolor de aquellos días,
cuando eras tú mi luz, y yo tu aliento.
II
Cuando eras tú mi luz, y yo tu aliento,
igual a mi dolor de aquellos días,
te hubieras visto anoche. Parecías
de ti, de mí, de noche, de momento.
Anoche que te vi ser luna llena,
te hubieras visto mágica y serena
viciando de esplendor la esfera bruna.
Te hubieras visto... ¡Cuánta alevosía
después! Tu palidez resplandecía,
ilógica, inusual —como ninguna—,
cifrando lunas múltiples en una.
Verídica de tanta fantasía,
cuando eras toda luna todavía,
te hubieras visto anoche, Santa Luna.
Mardel publicó un ensayo sobre el soneto, "Enigmas y peculiaridades del soneto", en la revista Opción (No. , fecha), el cual recomiendo ampliamente. También es autor de "El retorno de Eurídice (sobre Apuntes del Subsuelo)", prólogo de mi primer libro.
Por lo que respecta a la Fundación para las Letras Mexicanas, la Preside el ex-secretario de educación pública Miguel Limón Rojas y la dirige el poeta Eduardo Langagne (México, D.F., 1952). Su Consejo Consultivo está integrado por los poetas Rubén Bonifaz Nuño y Alí Chumacero y por los escritores Germán Dehesa, Ángeles Mastretta y Federico Reyes Heroles. Sus recursos provienen de un patronato integrado por muy importantes empresarios mexicanos.
Esta Fundación puede convertirse en la heredera de lo que alguna vez fue el Centro Mexicano de Escritores. Ello dependerá de la altura que consigan sus ahora jóvenes becarios en el campo de las letras durante las próximas décadas. Que así sea.
El jurado estuvo a cargo de los poetas Mario Bojórquez, Antonio Deltoro y Thelma Nava. Esta será la cuarta generación de becarios de la FLM, fundada poco después de la disolución de la Fundación Octavio Paz. Javier formará parte del grupo de poetas bajo la tutoría de Antonio Deltoro.
Javier Mardel ha publicado un libro, Los Fantasmas, Editorial 2 líneas, México, 2005 y desde hace al menos un par de años prepara otro de título El circo, aún más ambicioso que el primero. Maneja la poesía métrica con mucha soltura, mejor que el verso libre, lo cual es absolutamente inusual entre poetas actuales, sean jóvenes o no tan jóvenes.
Un ejemplo es el siguiente poema tomado de su libro Los Fantasmas:
El espejo
(La Luna)
I
Te hubieras visto anoche, Santa Luna,
cuando eras toda luna todavía,
verídica de tanta fantasía
cifrando lunas múltiples en una.
Ilógica, inusual —como ninguna
después— tu palidez resplandecía.
Te hubieras visto... ¡Cuánta alevosía
viciando de esplendor la esfera bruna!
Te hubieras visto mágica y serena
anoche que te vi ser luna llena
de ti, de mí, de noche, de momento.
Te hubieras visto anoche... Parecías
igual a mi dolor de aquellos días,
cuando eras tú mi luz, y yo tu aliento.
II
Cuando eras tú mi luz, y yo tu aliento,
igual a mi dolor de aquellos días,
te hubieras visto anoche. Parecías
de ti, de mí, de noche, de momento.
Anoche que te vi ser luna llena,
te hubieras visto mágica y serena
viciando de esplendor la esfera bruna.
Te hubieras visto... ¡Cuánta alevosía
después! Tu palidez resplandecía,
ilógica, inusual —como ninguna—,
cifrando lunas múltiples en una.
Verídica de tanta fantasía,
cuando eras toda luna todavía,
te hubieras visto anoche, Santa Luna.
Mardel publicó un ensayo sobre el soneto, "Enigmas y peculiaridades del soneto", en la revista Opción (No. , fecha), el cual recomiendo ampliamente. También es autor de "El retorno de Eurídice (sobre Apuntes del Subsuelo)", prólogo de mi primer libro.
Por lo que respecta a la Fundación para las Letras Mexicanas, la Preside el ex-secretario de educación pública Miguel Limón Rojas y la dirige el poeta Eduardo Langagne (México, D.F., 1952). Su Consejo Consultivo está integrado por los poetas Rubén Bonifaz Nuño y Alí Chumacero y por los escritores Germán Dehesa, Ángeles Mastretta y Federico Reyes Heroles. Sus recursos provienen de un patronato integrado por muy importantes empresarios mexicanos.
Esta Fundación puede convertirse en la heredera de lo que alguna vez fue el Centro Mexicano de Escritores. Ello dependerá de la altura que consigan sus ahora jóvenes becarios en el campo de las letras durante las próximas décadas. Que así sea.
Comentarios
Me honra usted con la gentil divulgación de la noticia. No sin cierto asombro he leído lo que usted acota. Confieso que mucho de ello era desconocido incluso por un servidor.
Como bien dice, dicha distinción está bastante disputada entre quienes, dedicándonos a este bello y tormentoso oficio, no superamos aún la edad de los treinta años. Lo que no tuve el esmero, o la atención, o el morbo de consultar fueron los antecedentes del certamen.
Triste manifestación de la indecencia sería que un servidor abundara sobre el tema, de manera que hasta aquí llego, no sin antes insistir en la grata sensación de honra de la que con esto usted me ha hecho objeto y desearle, ahora y en lo futuro, similares y mayores distinciones.
Un abrazo.