Mi oficina se encuentra en la calle de Donceles, en el centro histórico de la ciudad de México. Donceles es una calle que se caracteriza por dos tipos de negocios: librerías de viejo y tiendas de fotografía.
Las librerías de viejo de Donceles no tienen los libros más populares ni los más famosos, la gente no se deshace de este tipo de libros. Contienen ediciones viejas de libros clásicos, de temas coyunturales que pasaron de moda, enciclopedias, saldos, libros de texto desactualizados y ocasionalmente libros antiguos.
Por lo que respecta a la literatura, contienen libros poco conocidos de autores famosos y libros esenciales de autores desconocidos (como es mi caso).
Acabo de descubrir que ya ingresé al circuito de las librerías de viejo.
Así es. Se trata de mi último libro, publicado en octubre de 2005 y que no he conseguido distribuir en librerías debido a las broncas administrativas entre la editorial y su ex-distribuidor. Los primeros dos ni siquiera tenían distribuidor.
Lamentablemente, era un libro dedicado, así que ya sé quién fue el desagradecido y falto de tacto que vendió mi obsequio.
Lo bueno de haberme descubierto en el anaquel de poesía de una de estas librerías es que me ha dado la clave para solucionar mi problema de distribución.
Las librerías de viejo no piden facturación y pagan por adelantado la misma bicoca que pagaría una librería ordinaria pero a consignación, pero sobre todo me permitirán sacar mis ediciones de mis libreros, de debajo de mi cama y colocarlos por fin en el mercado.
Mi próxima tarea será asegurarme de que cada una de estas librerías cuente con una copia de cada uno de mis tres libros publicados hasta ahora con editoriales independientes. Podré difundir aquí y en mi sitio web así como mediante mensajes de correo electrónico que ya pueden adquirir mis libros a un excelente precio.
Además, las librerías de viejo están en dos de los lugares indispensables para comprar libros en la ciudad de México, junto a las grandes librerías como Gandhi, El sótano, Porrúa, el Fondo de Cultura Económica y Educal: el centro de la ciudad de México y el barrio de Chimalistac (M.A. de Quevedo y Universidad).
¡Qué más se puede pedir!
Pronto confirmaré que los libros ya se encuentran disponibles para que puedan acudir a comprarlos, ya sea porque me conocen y no nos hemos visto para que adquieran uno, porque les haya gustado y lo recomienden o por simple curiosidad. De todas maneras los pueden leer en mi sitio de internet, así que hasta les doy la ventaja de ahorrarse el viaje en caso de que no les agraden mis poemas.
Las librerías de viejo de Donceles no tienen los libros más populares ni los más famosos, la gente no se deshace de este tipo de libros. Contienen ediciones viejas de libros clásicos, de temas coyunturales que pasaron de moda, enciclopedias, saldos, libros de texto desactualizados y ocasionalmente libros antiguos.
Por lo que respecta a la literatura, contienen libros poco conocidos de autores famosos y libros esenciales de autores desconocidos (como es mi caso).
Acabo de descubrir que ya ingresé al circuito de las librerías de viejo.
Así es. Se trata de mi último libro, publicado en octubre de 2005 y que no he conseguido distribuir en librerías debido a las broncas administrativas entre la editorial y su ex-distribuidor. Los primeros dos ni siquiera tenían distribuidor.
Lamentablemente, era un libro dedicado, así que ya sé quién fue el desagradecido y falto de tacto que vendió mi obsequio.
Lo bueno de haberme descubierto en el anaquel de poesía de una de estas librerías es que me ha dado la clave para solucionar mi problema de distribución.
Las librerías de viejo no piden facturación y pagan por adelantado la misma bicoca que pagaría una librería ordinaria pero a consignación, pero sobre todo me permitirán sacar mis ediciones de mis libreros, de debajo de mi cama y colocarlos por fin en el mercado.
Mi próxima tarea será asegurarme de que cada una de estas librerías cuente con una copia de cada uno de mis tres libros publicados hasta ahora con editoriales independientes. Podré difundir aquí y en mi sitio web así como mediante mensajes de correo electrónico que ya pueden adquirir mis libros a un excelente precio.
Además, las librerías de viejo están en dos de los lugares indispensables para comprar libros en la ciudad de México, junto a las grandes librerías como Gandhi, El sótano, Porrúa, el Fondo de Cultura Económica y Educal: el centro de la ciudad de México y el barrio de Chimalistac (M.A. de Quevedo y Universidad).
¡Qué más se puede pedir!
Pronto confirmaré que los libros ya se encuentran disponibles para que puedan acudir a comprarlos, ya sea porque me conocen y no nos hemos visto para que adquieran uno, porque les haya gustado y lo recomienden o por simple curiosidad. De todas maneras los pueden leer en mi sitio de internet, así que hasta les doy la ventaja de ahorrarse el viaje en caso de que no les agraden mis poemas.
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