Foto: Jack Dykinga
Gerardo Ochoa-Sandy recogió mi testimonio escrito sobre el décimo aniversario de EstePaís|cultura:
Por definición, el suplemento de cultura de la revista Este País no es muy extenso: alrededor de treinta páginas. Pero, en su brevedad relativa, cumple diez años demostrando, tanto a lectores como a autores, que los límites no son obstáculo para la diversidad, la apertura y el equilibrio. O, dicho de otro modo, que la extensión no es garantía de ninguna de las tres. Como no quiero extraviarme definiendo lo que representan para mí diez años de este querido suplemento, usaré una imagen: una glorieta. Una glorieta es un punto común (la cultura, en este caso) en el que convergen varios caminos (diré “los géneros”) y en torno al cual circulan innumerables transeúntes (los autores). Algunos pasan ocasionalmente (una vez al año o menos), otros lo hacen con frecuencia o regularidad. Hay quienes siempre van y vienen por el mismo camino (la dramaturgia, el ensayo, la música) y otros hemos probado más de uno (la narrativa, la poesía, las artes plásticas). Algunos son figuras bien reconocidas, otros son personas reconocibles o por reconocer. Cada ejemplar del suplemento equivale a una foto aérea de esa glorieta, con una escala equivalente a treinta páginas a la redonda. Glorieta que nunca se mira igual salvo en tres cosas: que es diversa, abierta e integral. Un equilibrio que por cierto me parece muy difícil de lograr, repetir y sostener. ¡Muchas felicidades!
Por supuesto, es uno entre muchos otros. El espléndido trabajo de articular los testimonios recibidos puede leerse, íntegramente, aquí. ¡Enhorabuena al suplemento de cultura de la revista EstePaís, a quienes lo hacen posible!
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