Esta es mi recomendación, publicada en la sección "Capitulares", de la revista EstePaís, No. 277, mayo de 2014, p. 52, sobre el libro Dinero para la cultura de Gabriel Zaid:
Gabriel Zaid modificó 101 artículos publicados previamente para componer este libro en 69 partes. Que los textos originales hayan aparecido entre 1971 y 2013 (o sea en un periodo de 42 años) no propicia heterogeneidad y dispersión, más bien unidad; tampoco obsolescencias ni fracturas generacionales, sino vigencia plena. La razón es que a todos estos textos los anima la expresión, puntual y práctica, lo mismo que sabia y lúcida, sobre aquello que es fundamental para que la cultura exista y por qué es fundamental que la cultura exista. Para entenderlo se requiere una sensibilidad humanista, pero para defender la cultura hace falta sustentar el análisis en la economía política, la microeconomía y el derecho, lo que Zaid hace con una claridad asombrosa y sin escatimar rigor. Si buena parte de este libro debería ser lectura obligada para todo ciudadano, es indispensable para la formación de economistas, politólogos y definidores de políticas públicas, que con afortunadas e insuficientes excepciones como las de Antonio Carrillo Flores, Hugo B. Margáin o Jaime Torres Bodet, tanto la perjudican con su incomprensión. Dado que "la cultura libre opera en forma artesanal, diversa y dispersa", lo más probable es que ni el mercado, con sus medios masivos, ni el Estado, con su fisco, entiendan nunca la cultura libre y viceversa, pues las instituciones (Estado, mercado) y la cultura libre se oponen por definición. Aun cuando la cultura sea "el origen y la culminación del desarrollo", la creación cultural (aclaro: no el acopio, divulgación y usufructo de esa creación una vez concluida) continuará, y lo hará gracias al sacrificio de sus creadores, de las familias de estos o de sus mecenas. Tal vez esta última idea no sea la conclusión de Zaid, pero sí la mía.
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