"Hay instrumentos cuyo uso persiste en el tiempo, y aquellos que resultan obsoletos al ser sustituidos por otros mejores. La rueda, la tijera, el reloj y la brújula nos son cotidianos, pero el astrolabio, el sextante y la ballestilla, no. Estos últimos, aun cuando su utilidad es anacrónica incluso para los navegantes actuales, resolvieron en buena medida esa necesidad por la cual hoy empleamos un gps en nuestro automóvil o teléfono: saber dónde estamos."
"La navegación antes del GPS", mi artículo en la edición de abril de 2013 de la revista Algarabía, explica esos y otros instrumentos. Encontrarán una muestra aquí.
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